2. Utiliza un lenguaje sencillo y claro. Evita las frases complicadas o llenas de jerga. Tu texto debe ser fácil de leer y de entender.
3. Utiliza un vocabulario variado. No repitas las mismas palabras una y otra vez. Enriquecer tu texto con un vocabulario amplio le dará más interés y profundidad.
4. Estructura tu texto de manera clara. Utiliza párrafos cortos y separa los temas de manera lógica. Esto ayudará a tu audiencia a seguir tu argumento y a recordar mejor tu mensaje.
5. Sé conciso. No te alargues innecesariamente. Identifica los puntos principales que quieres comunicar y redacta en torno a ellos.
6. Utiliza verbos activos. Los verbos activos son más concisos y fáciles de entender que los pasivos. Además, suelen ser más dinámicos y dan más énfasis al sujeto.
7. Utiliza el punto y seguido para separar ideas. El uso de los puntos suspensivos puede resultar confuso para el lector. Utiliza el punto y seguido para separar ideas o temas en un texto.
8. Revisa y edita tu texto. Asegúrate de que tu texto esté libre de errores ortográficos y gramaticales. También puedes pedirle a alguien más que te ayude a revisarlo.
9. Dale un título a tu texto. El título debe ser conciso y reflejar el contenido del texto. Debe ser lo suficientemente atractivo como para que la audiencia quiera leerlo.
10. Guarda tu texto. Guarda tu texto en un lugar seguro para que no se pierda. Puedes guardarlo en tu computadora, en un disco duro externo o en una nube.