2. Respira profundamente y lentamente. Concentra tu atención en tu respiración.
3. Cuando sientas que te estás relajando, comienza a meditar. Enfoca tu atención en un objeto, una imagen o una palabra. Deja que todos los demás pensamientos se deslicen de tu mente.
4. Si te distraes, simplemente vuelve a enfocarte en tu objeto de meditación.
5. Cuando termines, abre los ojos y toma unos minutos para volver a la realidad.